Fui a Puebla al cumpleaños de mis mejores amigos.
La verdad me la pasé muy bien, hubiera querido convivir más con mi Pequeño, pero pues la mirada inquisidora de su novia no me lo permitió y con todo y eso la fiesta terminó en drama. Qué lástima, hubiera querido que tuviera el valor de decirme las cosas a la cara, pero prefirió solo hacer caras. Pues que pena, había muchos amigos que hace tiempo no veía y me divertí bastante.
Vaya que me hacía falta ese tipo de desestresse total. Y como extra, me aventé un buen chisme en los Waffles Belgas; mmm, rico, la ida a Cholula vale la pena solo por un waffle (y una cajita de chocolates para el viaje). Después del plantón de la semana pasada... creo que ya lo espero en cuanto hago planes con él, pues se me aclararon muchas incógnitas.
No iré a ver a Judas, pues con quien iba a ir me tiró la onda y le dije que no. Me dolió que me mandara al diablo, pero bueno, tal vez sea lo mejor. Y por el momento se acaba de ir al diablo mi plan para Halloween.
Pero estoy en cuenta regresiva, solo faltan unos días y estoy decidida a pasármela bien. Es mi día festivo favorito, tengo tres nuevas personas a quienes dedicarles mi ofrenda, un disfraz que modificar y una noche por planear.
Octubre siempre ha sido algo dramático para mí y noviembre llega con flores y un poco de luz. Este año viene ¡y con todo!
Este es un post con esperanza, con sueños y mucha diversión guardada, espero escribir pronto y poder decir que sí: Todo está mejor.
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